CAPITULO 5
- “Mi intención es escribir mi libro y después ya no te molestaré más”.
Ella me dijo que no sabía como plantear el escribir un libro.
- “Yo sí sé cómo, estudié bastante el cómo realizarlo estando en vida”.
- “¿Y por qué no lo realizaste?”
- “Estaba en ello cuando ocurrió el accidente.”
- “Bueno, por intentarlo que no quede”- dijo ella.
- “¿Puedo hacerte una pregunta?”- dijo Lucas
- “Sí”- dijo ella.
-“¿Por qué no te asustas al verme?”
- “Verás, ya estoy acostumbrada, desde pequeña veo las dos dimensiones como si viviera en ambas.”
- “Joder, ¿debes de haberlo pasado mal no?”
- “Si, y aún lo sigo pasando mal a veces.”
- “¿Cómo me ves?”
- Ahora con un tono como sepia, depende de la energia que desprendas.”
- “Si cambia tu humor te haces mas brillante o menos.” “Ahora pregunto yo. ¿Cómo recuerdas tantas cosas sin cuerpo fisico?”
- “No lo sé, solo pienso en algo y me viene.”
- “Bueno, ¿cuándo empezamos?”- dijo ella.
- “Si quieres ahora mismo”- dijo él.
- “Vale, ¿cómo lo hacemos?
- “Busca papel y lapiz.”
- “¿¡Qué dices?! ¡Mejor el portátil!
- “Creo que para la lluvia de ideas es mejor papel”-dijo ella.
Juntos, Ana y Lucas, aunque separados por otra dimensión, empezaron su objetivo.
Un folio, otro y otro, todos llenos de tachaduras. Las ideas no venían, no terminaban de cuajar. Ya empezábamos a desmoralizarnos cuando dijo ella:
- “¿Por qué no escribes tus memorias?”
Me pareció una idea estupenda, porque yo, mejor que nadie, podría sacar provecho a todos los días de mi existencia. Tanto como persona, como espíritu.
Tras decidirlo, comenzamos a escribir.
Ana me contaba cosas a veces para desahogarse ella también.
Me comentó que era divorciada y que no había tenido hijos. Trabajaba de cajera en un supermercado no muy grande. Cuando volvía a casa se dedicaba a las tareas propias de ésta. O sea que sólo nos quedaba el hueco hasta la cena.
Al principio sólo pensaba en mi libro, anécdotas, historias familiares, la niñez, etc.…
Me apasionaba, me llenaba hasta que me fui dando cuenta de lo sola que estaba Ana y que su vida no era muy diferente a la mía actual, salvo que yo tenía una meta y ella todavía ni se la había planteado.
CHAPTER 5
Mi intention was to write the book and then, i wouldn’t be troublesome, no more.
She said that she didn’t know how to start writing the book.
- “I know how, I studied it when i was in life”
- “And, why didn’t you write it?
- “I was trying to do it when the accident happen”
- “Well, we can try it”
- “Can i ask you something?”
- “Of course”
- “Why aren’t you afraid of me?”
- “Well, i’m used to see ghosts. I’ve been seeing them since i was a child”
- “Oh, sure it’s not very funny”
- “No, even now, sometimes i’m afraid”
- “How do you see me?”
- “It depends on your humor, sometimes you’re shiner, sometimes not” “Now it’s my turn. How can you remember so many things if you have no body”
- “I don’t know. I just think, and they are there”
- “Well, when are we going to start?”
- “Right now, if you want”
- “OK, how can we start?”
- “Look for a pencil and a sheet of paper”
- “You are crazy, the laptop is better”
- “No, i think pencil and paper will be better to note some ideas”
Ana and Lucas, separated by a dimension, strated looking for their goal. One sheet, another sheet, all of them full of erasures.
Ideas dind’t arrived, and we started being sad.
Then she said:
-“Why don’t you write your reports?”
I realised that it was a fabulous idea. I could write about all my life, even about my death. When we decided it, we started writting.
Sometimes, Ana told me things just to relax. She told me that she had divorced and that she had no children. She worked as a cashier in a not very big supermarket.
Every day, when she returned home, she tried to do all the home work, so she had no time, until the dinner.
At first I only thought of my book, my wishes, or all I had done in life, but when i continued meeting Ana, I realised how alone she was. I thought that his life was no very different to mine, except for my goal. She had no goals in life...
To be continued