jueves, 4 de septiembre de 2008

El Manuscrito Voynich : Un Código por descifrar



I PARTE






El Manuscrito Voynich es el libro más misterioso de la historia de la Humanidad. Escrito entre los siglos XV y XVI, se lo vio por última vez en 1666. Luego desapareció, para ser redescubierto en el siglo XX. El libro está escrito en un código incomprensible que nunca ha podido ser descifrado. Sus folios de pergamino están cubiertos de cientos y cientos de ilustraciones de mujeres desnudas, plantas y constelaciones. Los vegetales que muestran no existen en la naturaleza, y la mayoría de los diagramas astronómicos son también desconocidos.

En 1912, un librero británico de origen lituano descubrió en un monasterio jesuita de Roma un extraño libro: estaba cubierto de textos escritos en un código incomprensible y contenía cientos de ilustraciones de plantas, mujeres desnudas, diagramas astrológicos y mapas estelares. Entre sus páginas se hallaba una carta fechada en 1666, en latín, por medio de la cual el entonces rector de la Universidad de Praga rogaba a un científico jesuita muy famoso en aquellos tiempos que estudiase el libro e intentara descifrarlo.

La sorpresa de Wilfred Voynich (que así se llamaba el librero) fue mayúscula: de inmediato hizo a los jesuitas una oferta por el libro y se lo llevó a Londres. Tomó multitud de fotografías del manuscrito y se las enseñó a expertos criptógrafos, lingüistas, historiadores y medievalistas. Ninguno fue capaz de identificar los extraños caracteres. Para mayor perplejidad, analizado el Manuscrito Voynich (así se lo conoce actualmente) por expertos botánicos, quedó claro que, excepto dos o tres, ninguna de las plantas allí retratadas corresponde a especies reales, y algo muy similar ocurre con los diagramas de estrellas y constelaciones: con pocas excepciones, son inexistentes.

El libro misterioso comenzó, entonces, a preocupar a los científicos. Sin título, sin firma, sin indicación de fecha de composición, pronto se convirtió en la obsesión de su propietario. A la falta de un método para traducir sus textos, se agregaba la circunstancia de que el libro había desaparecido durante 246 años, es decir, entre la fecha de la carta que lo acompañaba y su descubrimiento por Voynich. La única pieza de información histórica con que contaba éste era la propia carta, bautizada por los estudiosos como La carta Marci. Johannes Marcus Marci de Cronland, autor de la misma, solicita al docto científico alemán Athanasius Kircher, como se ha dicho, que le descifre el manuscrito. Por lo que parece, no obtuvo respuesta y falleció pocos meses después.

Lo importante, sin embargo, es que en su carta establece el lugar de origen del manuscrito y arriesga (citando opiniones de terceros) una hipótesis sobre su autor. Dice Marci que el manuscrito provenía de la biblioteca personal del Sacro Emperador Romano en Praga, Rodolfo II, y que lo había comprado por una fuerte suma (600 ducados, aproximadamente 40.000 euros actuales). Manifiesta también que uno de los expertos de la corte y profesor de los hijos del emperador decía a quien quisiera escucharlo que el manuscrito era obra del inglés Roger Bacon, el celebérrimo teólogo, filósofo, fraile franciscano y científico del siglo XIII.

A la luz de los conocimientos actuales, el extremo no es irracional, ya que Bacon, acorde con los conceptos de su tiempo, aseguraba que los conocimientos no debían ser del "dominio público", sino que debían estar en poder de una elite ilustrada. Para ello, preconizaba que los científicos y eruditos debían escribir sus libros en código (él mismo lo hizo muchas veces) para que solamente pudiesen leerlos los hombres intelectualmente merecedores de ello. Sin embargo, los códigos baconianos se conocen perfectamente, y todos ellos fueron fácilmente descifrados en el siglo XIX. Además, quedaba la extraña circunstancia de que Roger Bacon estaba muerto desde 1292, esto es, 374 años antes de la fecha de La carta Marci. ¿Dónde había estado, entonces, el libro durante todos esos siglos? ¿Y cómo había pasado de Londres a Praga y luego a Roma?
(Continuará...)

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